La clave no es estudiar mucho, sin pausas y durante tiempo ilimitado, sino estudiar mejor. Y para ello, hay una serie de técnicas específicamente desarrolladas para optimizar el tiempo de estudio y potenciar el aprendizaje, las cuales resultan especialmente útiles en una carrera con un temario tan extenso y complejo como es la de Medicina.
Mapas mentales
Es uno de los métodos más utilizados en todos los ámbitos (no sólo el del aprendizaje) y básicamente consiste en un “mega esquema” de ideas interconectadas entre sí a partir de una idea central. El objetivo es plasmar la información adquirida en una hoja de tal forma que se pueda captar a simple vista y con mucha claridad el contenido de un tema, lección o concepto.
Aplicado al estudio de las Ciencias de la Salud, la pauta a seguir se ajusta más o menos al siguiente guion:
La estructura y extensión de los mapas conceptuales dependen del tema y asignatura en cuestión y también de la mayor o menor capacidad de síntesis de cada alumno, pero por regla general, un mapa mental “potente” desde el punto de vista del aprendizaje contiene alrededor de 10.000 palabras y unos 40 cuadros de ideas.
A medida que se lee el contenido de un tema o lección se extrae la idea principal, que es la que se coloca en el centro del mapa.
A partir de ahí, se van resumiendo el resto de las ideas del contenido, de mayor a menor importancia, y se van conectando con la idea central y entre ellas a través de flechas y en forma de cuadros o casillas.
Es importante que todas las ideas y conceptos incluidos en el mapa mental hayan sido previamente “elaboradas” y simplificadas, es decir, que expresen con palabras sencillas lo que dice el libro, pero pasando por el “tamiz” de tu interpretación y, también, de tu creatividad a la hora de plasmarlas en el esquema
Técnica de aprendizaje
de Richard Feyman
El método diseñado por este físico y Premio Nobel norteamericano parte de una premisa: cómo aprender a aprender, cómo podemos estudiar de forma que esa información que recibimos a través del estudio quede guardada a largo plazo.
Etapa 1: Tema
Todo proceso de estudio empieza con la selección del tema a estudiar. Obvio pero necesario recordar: debes tener perfectamente identificados los contenidos y todo el material de apoyo que se va a necesitar para el estudio de dicho tema.
Etapa 2: Desarrollo
No basta con memorizar el contenido del tema tal cual, sino de reflexionar sobre él, cuestionarse algunas cosas (esto aumenta la
comprensión) y, lo más importante de todo, traducirlo a tus propias palabras.
- No funciona… Transcribir/copiar exactamente lo que pone el libro u otro soporte de contenido (plataforma). Hacerlo así puede servir para un “recordatorio exprés”, pero esa información no se va a quedar fijada en la memoria a largo plazo.
- Sí funciona… Desarrollar un sistema propio e individual (tus códigos para recordar o interpretar pueden no ser los mismos que los de ese compañero de clase que te presta los apuntes) por el que describas con tus propias palabras lo que estás viendo, leyendo u oyendo. Lo mejor es plasmarlo en un papel en forma de esquemas o resúmenes.
Es muy efectiva en este sentido la práctica dehacerse preguntas del tipo: “¿Por qué esta es la idea principal?”, “¿Qué es lo que más me ha llamado la atención de todo lo que he leído?”, e incluir las respuestas y reflexiones en ese esquema personal.
Etapa 3: Ajuste de errores
Obviamente, siempre hay ciertas cuestiones, temas o contenidos difíciles de entender (sobre todo en una carrera tan “densa” como es la Medicina) por muchas veces que se lea o se intente aprender. La “pista” que alerta sobre estos contenidos es la incapacidad de plasmarlos de forma clara en tu esquema de desarrollo.
¿Qué hacer en estos casos? No pasarlo por alto: volver a esa lección o tema y hacer un esfuerzo por aumentar su comprensión, pidiendo ayuda al tutor o profesor si es necesario.
Etapa 4: Ampliar la información
Todo lo que “amplíe” el campo de comprensión del contenido que se está estudiando hace que éste se recuerde mejor. Hay varias formas de hacerlo:
- Desarrollar esquemas o resúmenes más o menos estructurados
- Trasladar los contenidos a imágenes visuales
- La mnemotecnia, un recurso que se emplea mucho en Medicina, por ejemplo para determinar la intensidad y las características
del dolor (el motivo más frecuente de consulta, concretamente el 80%).
Etapa 5: Explicar
Tan importante como aprender algo es “contar” a otra persona el desarrollo que se ha hecho durante el proceso de aprendizaje y además, hacerlo de forma simplificada. La regla de oro de Feyman en este sentido es: Nunca aprendemos algo bien hasta que lo podemos enseñar y somos capaces de explicarlo a otra persona con nuestras palabras y de una manera sencilla.
Puedes transmitir ese conocimiento a un compañero o, si no tienes oportunidad, simular que estás ante un auditorio y exponer tus conclusiones “en modo docente”. Un aprendizaje que eres capaz de enseñar significa que ese concepto se ha consolidado y se guardó correctamente en la memoria a largo plazo.
Otras técnicas que potencian
el aprendizaje
- Evaluaciones: Se trata de hacer actualizaciones sobre el contenido ya aprendido, para reforzar su aprendizaje. Una de las fórmulas más habituales es la participación en seminarios “de control” semanales, por ejemplo.
- Sistema Flash Card. Es un método basado en tarjetas didácticas diseñadas para memorizar grandes temarios, que resulta especialmente útil para sintetizar conceptos. En una cara de la tarjeta figura una pregunta y en la otra se desarrolla la
respuesta. Se utilizan en “modo Trivial”, agrupando en bloques distintos las acertadas y las que no, con el objetivo de trabajar sobre éstas últimas. - Repetición espaciada: Consiste en introducir repasos de lo ya aprendido a medida que se avanza en el tema o asignatura, intercalándolos en forma de bucles informativos.
- Prácticas variadas: Se trata de evitar la monotonía que determinado tema puede generar. Para ello, se puede ir intercalando un tema con otro de forma que el cerebro no se “acostumbre” a ese contenido. Está demostrado que esta estrategia permite reflexionar mejor y adoptar una actitud más proactiva respecto a los distintos conocimientos.
- Añadir experiencias al contenido: Aumentar datos y experiencias sobre la materia de estudio más allá de lo que se recoge en el texto siempre favorece un aprendizaje más ameno y una memoria a largo plazo.
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